La historia de Ingrid es una historia de resiliencia, fe y el poder de la colaboración. Cuando la conocimos, era una niña que sufría de desnutrición severa. Su salud era frágil: su cabello se caía, su cuerpo estaba débil y no podía caminar porque simplemente no tenía fuerzas. Fue desgarrador ver cómo la desnutrición había afectado tanto su pequeño cuerpo y su espíritu.
A través del Programa de Nutrición dirigido por Inspira Guate, Ingrid comenzó a recibir suplementos de vitaminas y minerales, específicamente una mezcla nutricional llamada Phytoblend, que le proporcionó los nutrientes esenciales que su cuerpo necesitaba con urgencia. Como parte de esta iniciativa, también recibió apoyo en las Jornadas Médicas organizadas por Casa de Dios, donde ella y su familia recibieron alimentos, más vitaminas y un filtro de agua para garantizar el acceso a agua potable limpia.
Con el tiempo, la transformación de Ingrid fue notable. Recuperó sus fuerzas, su cabello volvió a crecer y nuevamente pudo caminar, jugar y sonreír como cualquier otra niña. Esta recuperación fue posible gracias al esfuerzo conjunto de varias organizaciones que unieron atención médica, nutrición, agua limpia y apoyo espiritual.
Hoy, la historia de Ingrid nos recuerda que la verdadera transformación ocurre cuando las necesidades físicas, emocionales y espirituales se atienden de manera integral, y que incluso el acto más pequeño de cuidado puede cambiar para siempre el futuro de un niño.
